Lo bueno de las habilidades de afrontamiento es que puedes encontrar formas que funcionen para ti.

Esto es algo que sé que me ayuda o que marca una gran diferencia cuando estoy ansioso o sufro un ataque de ansiedad.

¿Ha luchado alguna vez contra la ansiedad cuando se encuentra en una situación en la que se siente atrapado o incapaz de escapar de ella?

Es una sensación desagradable. Debes mantenerte ocupado, pero en lugar de eso te encuentras solo con tus pensamientos acelerados mientras tu ansiedad no hace más que empeorar.

Esto es lo que me ha ayudado en situaciones similares:

Hace 2 años, perdí un mes de clase porque no podía asistir a mis clases sin sufrir un ataque de ansiedad y tener que marcharme.

Me di cuenta de que hacer cosas activas en clase me ayudaba con mi ansiedad, y cuando los profesores se ponían delante de la clase y daban una conferencia, me resultaba mucho más difícil relajarme y simplemente escuchar. Sacaba mi cuaderno y, mientras tomaba apuntes, garabateaba a los lados de las páginas. Empecé con flores básicas, y luego fui añadiendo más y más detalles hasta el punto de que parecían realmente...artístico.

Alguien me señaló que lo que hacía era una "cosa"; se llamaba zen-doodling. Lo descubrí por mi cuenta sin darme cuenta. Por suerte, mis profesores conocían mi situación y me permitían garabatear. Era la única forma que tenía de mantenerme físicamente presente en clase.

Este último año, los libros para colorear de zentangle se han hecho muy populares. Es un pasatiempo divertido para algunos, pero para mí, dependo de él. Mis libros forman parte de mi botiquín de emergencia.

Hace poco, estaba preocupada por un largo viaje en coche con una amiga y por si necesitaría que se detuviera. No me importó, me traje mi libro de colorear y mis rotuladores para el viaje, y eso llevó mi mente a un lugar diferente.

En un entorno educativo, puede parecer poco profesional tener garabatos en las páginas de los apuntes. Recuerdo que me preocupaba que mis profesores asumieran que era vaga o que no me interesaba la asignatura.

Me aseguraba de completar todos mis apuntes, incluso con los garabatos. Si tenía un día difícil y era incapaz de concentrarme en lo más mínimo en clase, me aseguraba de tomar apuntes del profesor después, o de copiar apuntes de un amigo u otro miembro de la clase.

Para mí era importante abogar por mí misma y explicar mi situación. Al hablar con mis profesores de mi lucha actual, pero también de cómo sabía que podía tener éxito con esa lucha, descubrí que estaban dispuestos a apoyarme.

A veces la vida nos puede atrapar en una espiral y no ser capaces de rendir al nivel de nuestras capacidades habituales. Cuando eres sincero contigo mismo y con los demás, resulta más fácil encontrar una ruta segura para evitar/atravesar el problema. Esto no sólo alivia el estrés, sino que te da el valor y la motivación para seguir intentándolo.